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Este voltaje indica la máxima tensión que el condensador puede soportar de manera segura.
Ejemplo: Un condensador electrolítico de 100 µF / 25 V significa que tiene una capacitancia de 100 µF y puede operar de forma segura hasta 25 V. Si lo expones a un voltaje mayor, corres el riesgo de dañarlo o que estalle.
Regla de oro: Es aconsejable elegir un condensador con un voltaje de trabajo algo más alto de lo necesario en el circuito, para mayor seguridad y durabilidad.
Construcción de los condensadores
Un condensador (o capacitor) generalmente se compone de dos placas conductoras (por ejemplo, de metal) separadas por un material aislante o dieléctrico (como aire, cerámica, papel, plástico o una capa de óxido, en el caso de los electrolíticos). La forma y los materiales específicos varían según el tipo de condensador:
Cerámicos: Pequeñas obleas de cerámica entre dos capas metálicas. Ideales para alta frecuencia y filtros de desacoplo. Electrolíticos: Una de las “placas” es una capa muy fina de óxido formada sobre aluminio o tántalo, y la otra es un electrolito.
Polaridad en los condensadores electrolíticos Los condensadores electrolíticos y algunos de tántalo son polarizados, lo que significa que tienen un terminal positivo y otro negativo bien definidos. Conectarlos al revés puede dañar el componente o incluso provocar fugas y explosiones.
Si ves un condensador sin indicaciones de polaridad, probablemente sea cerámico, de poliéster o algún tipo “no polarizado”.
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